No siempre llueve a gusto de todos, pero para disfrutar de los espectáculos que nos brinda el agua y la naturaleza nada mejor que después de unos días de lluvia.
En la provincia de Barcelona hace algunos siglos unos monjes encontraron un rincón espectacular, hay que reconocer que tal como elegían los lugares donde ubicar los monasterios, de tontos no tenían un pelo, este rincón hoy lleva el nombre del monasterio allí construido, Sant Miquel del Fai.
Esta situado en la parte occidental de los Cingles de Bertí, donde concurren los ríos Tenes y Rossinyol, con sendas espectaculares cascadas.
Llegando al lugar por carretera, se puede dejar el coche en el aparcamiento situado en la parte alta del cingle y se accede al lugar por un estrecho pasillo entre rocas que desemboca a una espectacular vista de las cascadas.
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Saltos del Tenes y el Rossinyol | |
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Una vez hecha la foto de rigor seguimos descendiendo por la rampa que lleva a la entrada de lo que era en sus tiempos el espacio monacal, hoy una tienda se souvenirs y peaje de entrada.
Esta rampa discurre por la balma que forma el salto del Rossinyol y por la que se escurre el agua entre las rocas.
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Detalles de la balma del Rossinyol |
En el centro de la balma justo bajo la cascada esta la iglesia troglodita del siglo X, construida aprovechando como techo la propia roca, por la cual suele discurrir agua, por lo que han tenido que habilitar un pequeño adosado de desagüe, para evitar que se mojen los feligreses.
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Interior de la iglesia | | |
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Al salir de la iglesia se puede contemplar la cascada del río Rossinyol a través de las arcadas, sintiendo las gotas de agua en la cara
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Salt del Rossinyol | |
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Al atravesar la balma seguimos al borde del gorg, el cual se ha aprovechado para recrear un estanque en el que una pareja de cisnes se pasean por sus aguas adornando el entorno y ofreciéndose como protagonistas de las fotografías.
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Gorg del Rosinnyol | |
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Desde el borde del gorg tenemos una vista excepcional de la Vall del Tenes, con el sonido de fondo del salto de agua.
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La Vall del Tenes |
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Siguiendo el sendero llegamos a unas escaleras que permiten el acceso a la cueva de Sant Miquel, a la vez que tenemos otra perspectiva del valle y la cascada
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Río Tenes |
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Cova de Sant Miquel |
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Volviendo a subir por la misma escalera retomamos el camino pasando por delante de els travertins, formados por los sedimentos que va dejando el agua que escurre por las paredes del cingle, en estas zonas crecen musgos y helechos que con el tiempo van quedando cubiertos por los sedimentos, formándose las rocas que debido a la porosidad que dejan los musgos y helechos al desaparecer, hacen que tomen formas de lo mas variopintas
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Travertins |
En esta zona encontramos una estatua de Josep Pla con su inseparable cigarro
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Escultura de Josep Pla |
Un poco mas adelante ya vemos el salt del Tenes y entre los musgos de las paredes escurren las gotas de agua cada vez mas y mas según nos acercamos a la cascada, la fuerza del agua hace que vaya aumentando el viento trayendo el aire gotas de agua y una sensación cada vez mas grande de humedad
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Salt del Tenes |
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Gotas de agua en la balma del Tenes |
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Las rocas que forman las paredes del túnel bajo la cascada tienen caprichosas formas y las gotas de agua se van trasformando en hilos de agua que hay que andar esquivando si no quieres acabar chipiado como una sopa.
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Pared del túnel |
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Chorreaderos | |
Y por fin llegamos a la que quizás sea la parte mas espectacular del recorrido, justo bajo la cascada formada por el río Tenes, el frescor y la humedad del lugar se agradece en un día de calor y el ruido del agua al caer se vuelve ensordecedor.
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Salt del Tenes |
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El camino a través de la cascada |
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Salt del Tenes |
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Al atravesar la balma nos llevamos la agradable sorpresa de ver una pequeña cascada lateral, que en épocas mas secas no cae apenas una gota de agua.
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Cascada lateral |
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Desde aquí tenemos una vista espectacular del monasterio y el salto del Rossinyol
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Monasterio y Salt del Rossinyol |
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Hacemos un alto en la zona de pic nic para pegar un bocado con el canto de algún que otro cardelino y verderon que merodean por la zona, amenizando la velada, mientras contemplamos el monasterio y el salto
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Monasterio y Salt del Rossinyol | |
La primavera empieza a hacer notar su presencia y las violetas empiezan a florecer
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Un ramito de violetas |
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Nos acercamos hasta la ermita de Sant Martí y la cueva de las Toscas y regresamos por el mismo camino y aprovecho para hacer las ultimas fotografías
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Balma del Tenes |
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Salt del Tenes |
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El cisne se puso en pose |
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Salt del Rossinyol |
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Gorg del Rossinyol |
Ya salimos del recinto y cruzando el puente sobre el río Rossinyol llegamos al aparcamiento y damos por finalizada la visita a Sant Miquel del Fai
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Puente sobre el río Rossinyol |
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